Jueves, 30 de enero de 2.003
Hoy, como ya es habitual, me ha despertado el teléfono. Se
supone que me van a regalar 3 libros de misterios y que mañana viene un
comercial a traérmelos a casa. Yo he aceptado, pero que no se pienses que voy a
comprar ni uno más, porque no voy a hacerlo. Mientras hablaba con la simpática
señorita, mi madre ha llamado a la otra línea diciéndome que tenía que ir a
llevarle al trabajo unas llaves que se había dejado en casa. La he preguntado
si le corrían prisa, y me ha dicho que no, claro, porque mi madre creo que hace
de todo menos trabajar... Por fin he concertado una cita con el comercial de los
libros para mañana a las 12.30. Le recibiré en pijama y espero que esté
bueno, porque es lo único por lo que he aceptado el regalo de los 3 libros, por
si acaso el comercial está bueno.
Como hoy no trabajaba, he ido a lavar el coche, pero he tenido
mala suerte. Primero voy a llevarle las llaves a mi madre, que estaba
esperándome en la recepción de la empresa, y me he preguntado "¿llevará
esperándome desde que ha llamado por teléfono?. Porque si es así, han pasado
dos horas y, claro, no ha dado palo al agua". Pues sí, llevaba allí desde
las 12.30, hablando con la recepcionista, que es un búlgara muy prepotente que
además alquila pelis en mi videoclub y siempre las entrega tarde y, lo que es
peor, sin rebobinar. He aprovechado para echarla la bronca. Mi madre me ha dicho
que donde lavan los coches por dentro y por fuera por 7 euros cierra de 14 a 15,
así que me he ido a hacer tiempo al videoclub y he cogido otra peli, que se
titula "Long Time Dead" y que va de unos que hacen Ouija. Aún no la
he visto.
Cuando he llegado al sitio donde limpian los coches por dentro y
por fuera por 7 euros, me ha dado un poco de vergüenza. Mi coche estaba lleno
de mierda, tenía tanta tierra dentro que se podían sembrar patatas, y creo que
los peruanos que te limpian el coche por dentro y por fuera por 7 euros se han
dado cuenta y se han mirado de una manera que me ha dado vergüenza. Yo, para
romper el hielo, he dicho sonriendo: "Con mi coche, en vez de limpiar
parece que vais a recoger chapapote", pero creo que no les ha hecho mucha
gracia. Me lo han dejado limpito por dentro y por fuera por 7 euros, y he
decidido que lo voy a limpiar aquí por dentro y por fuera por 7 euros una vez
al mes hasta que lo suban a 8 euros.
He comido macarrones con tomate, comida de colegio, y de postre
una pera. El otro día Nacho Canut ponía en su diario que las peras parecen un
teletubi verde y me he dado cuenta de que es una verdad como un templo. Me ha
hecho mucha ilusión comerme un teletubi verde, que, todo sea dicho, creo que se
llama Po, pero no estoy seguro. Como la tele sigue siendo un rollo que te
mueres, me he conectado a Internet. Los diarios que acostumbro a leer no estaban
actualizados, y las páginas que acostumbro a visitar tampoco (que en su
mayoría son porno, todo sea dicho), así que me he metido en un chat. He
conocido a un skater de 24 años que vive en Majadahonda y con el que iba a
quedar para hacer guarrerías, pero al final me he arrepentido y he cerrado el
chat. Lo peor es que me ha pasado como siempre: el tío ahora tiene mi teléfono
y no para de llamarme y de enviarme mensajes. Es que no aprendo, no soy
profesora como otras...
Me ha llamado Patricia y me ha dicho que si íbamos al concierto
del Pingüino. Yo le he dicho que sí y ha quedado en llamarme más tarde,
cuando ya hubiese quedado con Sebax. Al rato me ha vuelto a llamar y me ha dicho
que se suspendía el concierto, porque Sebax había quedado con Marta, y no es
momento para juntarnos todos. Mucho menos si vienen Patricia y Carmen, porque
Marta "si van éstas no va", o por lo menos eso me había dicho a mí.
Así que se anula lo del concierto, pero yo había quedado a comer con Alicia,
Lorena y Nikita, que son unas chicas de mi instituto. Hemos ido a cenar al Vips
de Arturo Soria, yo me he comido un sandwich Escandinavo (con salmón, huevo,
bechamel y queso fundido) y me ha encantado. Durante la cena Lorena nos ha
contado historias de sus yonkis, porque Lorena trabaja en un Centro de
Reinserción para Drogodependientes. Eran todas muy interesantes, pero la que
más, la de una yonki de 41 años que tenía hijos que estudiaban carreras y
todo, pero que se dio a las drogas cuando se separó del marido. La verdad es
que es muy jevi, pero a cada loco le da por una cosa. También nos ha dicho que
no les dejan comer con las manos, sea lo que sea. Hasta los plátanos se los
tienen que comer con cuchillo y tenedor. Con eso se pierde todo el encanto
erótico que tiene comerse un plátano, así nunca se van a reinsertar en la
vida real, si no se comen un plátano con las manos.
He llegado a mi casa y me he puesto a escribir esto, porque he
leído que Patricia me ha puesto un link en su página, así que tendré que
mantener el diario ahora que lo leerá más gente. También he mirado mi correo
y nada, ni rastro de Tales, así que me parece que a la fiesta del día 14 iré
disfrazado de solterón, pero sigo sin encontrar ningún solterón así famoso.